Aragón se posiciona como un centro neurálgico para la industria biofarmacéutica y biotecnológica, con un ecosistema vibrante que fomenta la innovación, la colaboración y el crecimiento.
Tras una década de rápida expansión, Aragón se está dando cuenta de su potencial como polo industrial en ámbitos como la biofarmacia, el diagnóstico y la tecnología médica. Casi el 91% de la industria sanitaria española y el 52% de la industria biotecnológica española se encuentra a menos de 300 km de la región, 5 de las 60 mayores empresas de la industria farmacéutica de España están ubicadas en Aragón, que es la 3ª región española por número de empresas sanitarias.
Estas son algunas de las principales ideas sobre las que se debatió el pasado 10 de noviembre en la Cámara de Comercio de Zaragoza, en el evento «Invest in Aragón» organizado por Capital Radio y el Gobierno de Aragón.
Dos empresas líderes en el sector, Podoactiva y Certest, junto con otro de los actores relevantes en la región, el Parque Tecnológico Walqa, hablaron sobre sus avances en áreas como la medicina personalizada, la bioinformática y las tecnologías digitales aplicadas a la salud.
El sector de la biotecnología y farmacéutica en Aragón se está adaptando a los cambios tecnológicos y a la creciente demanda de servicios personalizados en salud a través de la especialización, la digitalización y la colaboración público-privada.
Especialización: Las empresas aragonesas se están enfocando en nichos de mercado específicos para desarrollar soluciones personalizadas e innovadoras.
Digitalización: La bioinformática y la digitalización se están volviendo esenciales para el desarrollo de estas empresas. La Universidad San Jorge en Aragón ya ofrece un grado en bioinformática, reconociendo la importancia de esta área.
Aragón cuenta con una sólida infraestructura de investigación y desarrollo, impulsada por instituciones como la Universidad de Zaragoza, el Instituto Tecnológico de Aragón (ITA) y el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón. Esta infraestructura, que combina la colaboración público-privada, facilita la generación de conocimiento y la transferencia de tecnología al sector productivo.
Otras cuestiones sobre las que también se debatió en esta mesa estuvieron relacionadas con el talento y la calidad de vida.
Atracción y retención de talento: Es de vital importancia atraer y retener talento en Aragón. Las universidades de la región, como la Universidad de Zaragoza y la Universidad San Jorge, ofrecen grados en áreas biosanitarias, proporcionando una fuente de talento local. Sin embargo, existe la preocupación de que este talento pueda irse a otras regiones si no se les ofrecen las condiciones adecuadas. Se destacó la necesidad de programas en prácticas para ayudar a los recién graduados a insertarse en el mercado laboral.
Calidad de Vida: Aragón ofrece una alta calidad de vida, lo que la convierte en un lugar atractivo para vivir y trabajar. Este factor puede contribuir a la atracción de talento y a la consolidación de un ecosistema empresarial dinámico.
El sector también se enfrenta a importantes desafíos. Los tres ponentes señalaron:
La burocracia en la autorización de medicamentos y otros procesos sigue siendo un obstáculo para el avance del sector. Aunque se están haciendo esfuerzos para reducir la burocracia, las empresas aún perciben la necesidad de una mayor agilidad en estos procesos.
La baja productividad en Europa, incluyendo España, se identifica como una preocupación que podría afectar el futuro del sector.
Existe la necesidad de dar a conocer las empresas punteras que existen en Aragón para atraer talento y evitar que este se vaya a otras regiones. Es necesario trabajar la visibilidad de las empresas desde todos los agentes económicos implicados.
En resumen, Aragón ofrece un entorno favorable para el desarrollo del sector biotecnológico y farmacéutico, por todo lo comentado anteriormente y también por su excelente localización, y su sofisticada infraestructura y servicios logísticos multimodales, incluidas las soluciones de cadena de frío, que permiten acceder a la mayor parte de Europa en sólo 24 horas y a cualquier rincón del mundo en 48 horas.