Aragón refuerza su liderazgo en energías limpias con una inversión de 700 millones de euros para producir hidrógeno y amoníaco verde.
El Presidente de Aragón, Jorge Azcón, ha anunciado una importante inversión de 700 millones de euros por parte de la empresa Alkeymia para construir una planta de producción de hidrógeno y amoníaco verde en Caspe. Este proyecto ha sido declarado de interés general para la región por el Gobierno de Aragón y se prevé que entre en funcionamiento en 2025.
La planta generará aproximadamente 1.000 puestos de trabajo durante su fase de construcción y más de 85 empleos directos cuando esté en funcionamiento. Este nuevo complejo albergará dos plantas de energías renovables que garantizarán un suministro sostenible, lo que permitirá avanzar hacia la neutralidad climática y reforzar la posición de Aragón como referente en la transición energética.
Este proyecto pone de manifiesto la capacidad de Aragón para atraer inversiones en sectores estratégicos, gracias a su entorno propicio para la implantación de energías renovables y a sus avanzadas infraestructuras para el desarrollo de nuevos proyectos energéticos.
Aragón, un entorno privilegiado para las inversiones en energías renovables
Aragón ofrece un entorno favorable para atraer inversiones en sectores innovadores, especialmente en energías limpias. La región tiene una situación geográfica estratégica y un alto potencial en recursos renovables como el sol y el viento, lo que facilita la instalación de infraestructuras de generación de energía. Además, el Gobierno de Aragón ha puesto en marcha varias iniciativas de apoyo a la investigación, el desarrollo y la implantación de tecnologías sostenibles, entre las que destacan las ayudas a la integración de energías renovables en la movilidad y la logística.
La apuesta de Aragón por la innovación y la sostenibilidad, junto con un marco regulatorio que favorece la inversión y el desarrollo de grandes proyectos, ha convertido a la región en un referente de la descarbonización en Europa. Este ecosistema, que combina la cooperación público-privada y el apoyo institucional, permite a la región no sólo atraer grandes proyectos como Alkeymia, sino también consolidar un tejido empresarial comprometido con la economía verde.
Este proyecto en Caspe y otras iniciativas, alineadas con el Pacto Verde Europeo, refuerzan el compromiso de Aragón con la transición energética, destacando su papel como polo de innovación y sostenibilidad en el sur de Europa.